Sábado. Suenan los móviles a las 7.30. Qué sueño!. Esta madrugada ha estado tronando y diluviando. Hace fresco. A las 8.15 salimos hacia la estación de trenes. Hemos quedado en frente de la farmacia que hay dentro a las 8.30 para hacer una excursión por La Toscana. La tenemos reservada por internet. Desde la página de Booking. Nos esperan 11 horas de excursión!. Que dios nos coja confesados!. Vamos a acabar hartos de tanta excursión!.
Llegamos a la estación. Miramos. Por aquí no se ve a ningún guía. Hay un grupo de ingleses por ahí. Parece que ellos si que tienen guía. Nos acercamos. Le enseño mi reserva del tour. Y me dice que les sigamos. Pues le seguimos. Aunque no las tengo yo todas conmigo. Yo solo oigo hablar en extranjero!. Ponemos el oído a ver si alguien habla en castellano. Nada. Seguimos detrás del guía…y de un montón de gente.
Llegamos donde están los autobuses con los que supuestamente vamos a hacer la excursión. Aquello parece la torre de babel. Ingleses, portugueses, chinos, alemanes, españoles, italianos, brasileños…
Comienza el reparto de autobuses. Nos toca el circulito azul. Y un guía, que habla castellano, nos indica nuestro autobús. Junto con nosotros, chinos, portugueses e ingleses. A ver cómo nos organizan!.
En el bus, Marco oriundo de Florencia y guía nuesto, nos cuenta el plan del viaje. A continuación otro guía hace la misma exposición en portugués y luego en inglés. Esto se va a hacer muyyyy largo!.
Comienza el tour por La Toscana.
Salimos hacia San Gimignano. Nuestra primera parada. Enseguida dejamos atrás Florencia. En poco más de una hora estaremos en San Gimignano. El paisaje de camino, aburrido. Llano. Mi imagen idílica de La Toscana se desvanece.
Llegamos a San Gimignano. Lo llaman el Manhattan Toscano. En su día llegó a tener hasta 73 torres. Hoy, tan sólo quedan en pie unas 14. Tenemos 2 horas para visitarlo por nuestra cuenta.
Antes de bajar del bus una recomendación. En castallano. En inglés. Y en portugúes. No irse de San Gimignano sin antes haber probado uno de sus helados. Aquí está la heladería que ha ganado por dos veces el mundial de helado. Gelatería Dondoli. Anuncia a bombo y platillo su logro. Y no es para menos!. Dicho y hecho. Nada más poner un pie en la plaza del pueblo nos ponemos a la cola para degustar el famoso helado. Y vaya que si está bueno!.
Probamos de chocolate y de banana. El sabor a plátano está muy, pero que muy logrado.
Y con la tarrina de helado en la mano nos damos una vuelta por San Gimignano. Tenemos dos horas antes de regresar al bus. Tiempo suficiente para callejear, aunque pendientes del reloj. No vaya a ser que nos despistemos y se nos pase la hora…
Pero calculamos bien. Y hasta tenemos tiempo de sentarnos en una terraza a tomarnos un capuccino. Está bueno. Pero añoro mi cortadito corto de café.
La siguiente parada será Monteriggioni. Un pequeño pueblo amurallado de La Toscana. O mejor dicho, una pequeña fortificación medieval situada en una colina.
No tenemos mucho tiempo para visitarlo. Aún así es suficiente porque Monteriggioni tan sólo es una plaza con un par de calles. Que no dejan de tener también su encanto.
Una visita rápida por el pueblo y de vuelta al bus. Va siendo hora de comer.
Comida en Casa Frassi
Seguimos atravesando el paisaje toscano. Estamos en la zona de Chianti. Llegamos a Casa Frassi. Aquí es donde está programado que comamos. Pero antes, una cata de vinos del Chianti. Previamente, una amable empleada nos da una explicación de la elaboración de los vinos que vamos a tomar. No le hago demasiado caso. No me gusta el vino.
Nos sirven el primero. No me gusta. Con disimulo vacío la copa en un arbusto cercano. Vamos a por el segundo. Igual que el primero. Yo no noto la diferencia. Corre la misma suerte que el primero.
Y por fin entramos a comer!. Nos distribuimos por las mesas. A nosotros nos toca con un grupo de otro autobús. Son profesores de Granada. Están de Erasmus.
Llega la comida. De entrantes embutido de la zona, una tosta con tomate y otra con una miniensalada de tomate. Plato principal, macarrones con salsa de tomate. Y el postre una especie de flan blanco con chocolate. Para beber, lo que te ha sobrado de la copa de vino o agua. Si quieres beber algo fuera de eso, 3,50 € euros abonados en el momento de ser servidos y…vualá, tienes tu bebida.
Tour guiado por Siena
Casi con el flan sin tragar salimos hacia Siena. Ultimo punto de la ruta. Esta vez, nuestro guía Marco, si nos va a acompañar en el recorrido por Siena.
Visitamos la plaza donde se celebra el famoso Palio. Una carrera de caballos, de origen medieval, que apenas dura unos minutos y donde cada contrada (o barrio) tiene a su propio jinete. Los jinetes montan a pelo. Gana el primero que llegue a la meta. El primer caballo que llegue. Con o sin jinete.
Están en plenos preparativos. Dentro de unos días se celebrará la carrera. Por las calles vamos viendo las banderas de las respectivas contradas.
Seguimos el recorrido con Marco. Hasta llegar a la Catedral. Nos aconseja visitarla. Según él, es mucho más rica que la de Florencia. Y además sólo cuesta 4 euros la entrada.
La visita guiada de Marco llega hasta aquí. Ha sido un recorrido interesante y ameno. Nos ha ido contando una cuantas anécdotas sobre la ciudad de Siena. De su historia. Y de la rivalidad entre Florencia y Siena. Que aun hoy sigue estando presente.
El resto de la tarde, hasta las 18.45, corre por nuestra cuenta.
A las 19.00 estamos de vuelta en el autobús. Llegamos a Florencia a las 20.00. A pesar del viaje y de las horas que ha durado la excusión, no se nos ha hecho pesada. Ya solo nos queda buscar un sitio para cenar y “retirarnos” al hotel.
Mañana visitaremos, la otra orilla del rio Arno. El barrio de Oltrarno.