El hayedo de Balgerri, el más extenso de Bizkaia
Lunes de Pascua. Abrimos el ojo con la incertidumbre de si hará bueno o no. No las tenemos todas con nosotros. El móvil se ha emperrado en que hoy tenía que llover llevando la contraria a la chica del tiempo televisero. Abrimos persiana. Luce un sol espléndido. Móvil 0 – Chica del tiempo 1. Los planes que teníamos para hoy parece que los vamos a poder cumplir. Y no son otros que visitar el hayedo de Balgerri, el más extenso de Bizkaia.
Hemos quedado a las 10.30 para emprender camino hasta Lanzas Agudas, en Karrantza. Esta vez no necesitamos que nos lleve nuestra GPSa. Conocemos bien el camino. Hay que llegar hasta Artzentales y continuar carretera por el Alto de la Escrita hasta llegar a Karrantza. Allí nos vamos hasta su capital, Concha, donde encontraremos un cartel que nos indica la dirección hasta Lanzas Agudas, uno de los muchos barrios que comprenden el extenso territorio del Valle de Karrantza.
A partir de aquí, todo es subida. Primero en coche hasta llegar a Lanzas Agudas, situado a 407 metros de altitud y luego a patita hasta llegar al Hayedo de Balgerri. En Lanzas Agudas, dicen que el pueblo se llama así porque sus habitantes antiguamente se dedicaban a fabricar lanzas que se hacían con fresno, tenemos que buscar la casa rural Gailurretan. Es nuestra referencia para comenzar la ruta.
La encontramos sin problemas. Aparcamos sin problemas también. Apenas hay gente. Una señora mayor paseando que nos da los buenos días. Y dos o tres perros tumbados a la bartola que nos miran con desidia. La senda que debemos seguir es un camino asfaltado que sale de la misma casa. Allí mismo hay carteles indicando la ruta hacia Balgerri y otros montes.
El comienzo parece fácil. Me gusta. Comenzamos una subida leve. Hasta llegar a la primera bifurcación. Aquí también hay coches aparcados. Y un cartel que indica la dirección que tenemos que tomar para llegar al hayedo. Si no la veis, es fácil continuar. Hay que tomar el camino de la izquierda. El más empinado. Esto ya me gusta menos.
El “repechito” hay que tomárselo con calma. Yo al menos. En su defensa diré que según subimos vamos teniendo una bonita vista del Lanzas Agudas y de su entorno. Y que no es una subida excesivamente larga. Pero sí puñetera. Mientras el resto sube alegremente, yo paro un par de veces. A contemplar las vistas. Y a coger aire.
Una vez arriba las vistas empiezan a ser espectaculares. Seguimos por una pista bien acondicionada y flanqueada de diferentes especies vegetales. Los apasionados de la botánica podrán distinguir robles, alisos, fresnos, castaños, abedules, olmos, acebos, pinos y algún que otro tejo. No en balde, el hayedo de Balgerri no sólo es el más extenso de Bizkaia. También es el que más especies vegetales atesora.
Pero que tanta vegetación no os engañe. El camino, silenciosamente, sigue cuesta arriba. No es una subida exigente. Pero es continua. Necesito parar alguna que otra vez. Qué poco fondo tengo. Aprovechamos mis paradas para escuchar. Silencio. Paz. Tranquilidad. Sólo se oye el trinar de algún pájaro y el sonido del agua que baja por la cuneta. El camino, ahora, nos adentra en un pinar.
Continuamos subiendo. Yo, como si me fuera la vida en ello. El resto, con una alegría insultante. Empiezan a aparecer las primeras hayas. Grandes y retorcidas. Aferrándose a la ladera.
Llegamos a un punto en el camino que nos hace dudar. Una nueva bifurcación. No hay ninguna señal que indique el camino hacia el hayedo. Ni cartel ni marcas amarillas. Nada. Dudamos entre tomar el camino de la derecha o seguir recto. Por pura lógica decidimos continuar recto. Las hayas así nos lo indican. Acertamos. Un poco más adelante nos topamos con un pequeño salto de agua que ha formado el rio Balgerri y que cae en cascada para pasar por debajo de la pista y precipitarse por el otro lado de la ladera.
Llegados a este punto podemos continuar carretera abajo. Pero en algún sitio leí que no merecía la pena. Alguien decide que nos adentremos en el hayedo. Suspiro. El hayedo está en la ladera del monte. En terreno salvaje. Sin caminos. O mejor dicho, con caminos de tierra. Probablemente impracticables si ha llovido. Si habéis estado en el hayedo de Otzarreta o el de Presazelaia olvidaros de ellos. Nada que ver. Un cartel indica por dónde subir. Como si aquello fuera el comienzo de una nueva pista. De eso nada. Tres pasos por un trozo a medio asfaltar y luego…búscate la vida.
Paseando por el Hayedo de Balgerri
Y nos adentramos. Abandonamos los posibles caminos. El hayedo precioso. Poco a poco vamos subiendo al tiempo que descubrimos diferentes hayas y sus formas retorcidas. Fotos y más fotos.
Este, al igual que Otzarreta y Presazelai, también tiene su arroyo que lo atraviesa. Hoy está seco. Con lluvias, seguramente, sería imposible atravesarlo.
Sin apenas darnos cuenta llegamos a un muro de piedra. Al otro lado, una borda y algún caballo que pace tranquilamente. Aprovechamos y nos sentamos a contemplar el hayedo. Y a llenar un poco el estómago. Buena temperatura. Se está de maravilla.
Pero decidimos continuar subiendo. Siguiendo el cercado. Esta vez por un pequeño sendero marcado en la tierra. Y de repente dejamos a nuestras espaldas el hayedo y la ladera del monte para salir a una amplia explanada. Y se me olvida lo que me ha costado subir hasta la cascada. Y doy gracias por haberme convencido para adentrarnos en el hayedo. A pesar de la subida. Todo ha merecido la pena sólo por contemplar la vista que tenemos. Espectacular!.
A la izquierda, el monte Balgerri o Baljerri de 1106 m. Quizás, otro día, intentemos subirlo. A la derecha una pequeña colina mucho más asequible. Nos encaminamos hacia ella. Nos asomamos a un pequeño saliente. El Valle de Karrantza a nuestros pies. Me siento como el rey león mostrando a Simba sobre sus dominios. Hakuna matata.
Echamos un buen rato disfrutando del paisaje, de la paz que se respira, del silencio que se ecucha… Pero hay que regresar de nuevo a Lanzas Agudas. Nos esperan unos bocatas que nos vamos a comer sentados en unas mesas que hemos visto en el pueblo y desde donde vemos la pequeña iglesia de San Martín de Presa.
Iglesias y la Virgen del Suceso
Luego, teníamos la intención de tomar el cafecito en el Gailurretan. En su campa. Pero aún estaban sirviendo comidas y los cafés sólo estaban reservados para los clientes. Cualquier otra bebida nos la servían. Pero cafés no. Una pena. Media vuelta y al coche. El café nos lo tomaremos en Concha.
Terminamos la visita a Karrantza y a su hayedo dando una vuelta por alguna de las iglesias de Karrantza. Hay una Ruta de las iglesias por Karrantza que te lleva por 15 de ellas. Alguna hasta con sorpresa. Habrá que hacerla.
Antes de regresar a casa nos desviamos hasta el barrio de El Suceso. A ver la imponente imagen de la Virgen y sus vistas desde el mirador donde está situada. Y visitar la plaza de toros anexa a la iglesia de La Virgen del Suceso.
Damos por terminada la ruta de hoy. El hayedo de Balgerri es un gran desconocido y una agradable sorpresa cuando se le descubre.