No hace mucho escuché por primera vez (o lo leí en algún sitio) a alguien hablando de la Costa Quebrada. Y vi imágenes de sus playas y sus acantilados. Unos paisajes espectaculares. Con pequeñas playas rodeadas de acantilados. Formaciones rocosas saliendo del agua. Y el verde de los campos que se junta con el azul del mar. Y en ese momento pensé que semejante maravilla seguro que tenía que estar en Irlanda. Me vino a la cabeza Irlanda.
En cuanto llegué a casa, lo primero que hice fue buscar en Google la Costa Quebrada. Y….sorpresa!!. La tenía a poco más de una hora de casa!. En Cantabria!. En Liencres en concreto. Un poquito más allá de Santander. La de veces que habremos pasado cerca!!. Así que se imponía una visita a la zona en cuanto pudiéramos.
Y este domingo se presentó la ocasión para hacer una escapadita. Con el itinerario en la mano, le indicamos a nuestra GPSa nuestra primera parada. La playa de Valdearenas. Ojo al meter el dato en el GPS (o al buscar información en Google). Salen dos playas Valdearenas. La buena, la nuestra, es la que está en Liencres. De esta playa partiría nuestra ruta por la Costa Quebrada. En total unos 20 km, más o menos, con unas vistas impresionantes, hasta llegar a la última que queríamos visitar. La playa de San Juan de la Canal.
Pero antes de comenzar nuestro itinerario, qué es la Costa Quebrada?. Google la define así:
La Costa Quebrada es un tramo del litoral cantábrico que va desde la playa de Valdearenas en Liencres hasta la playa de San Juan de la Canal y está catalogado en el Inventario de Puntos de Interés Geológico del IGME (Instituto Geológico y Minero de España), e incluido en la Red Natura 2000 como LIC (Lugar de Interés Comunitario), los cuales en 2005 pasan a llamarse ZEC (Zonas de Especial Conservación).
Ahora sí. Empezamos.
Como ya he dicho, nuestra primera parada está a poco más de una hora de casa. Como referencia, tenemos que llegar hasta Boo de Piélago. En la carretera que va hacia Liencres hay un cartel que indicando dónde está la Playa de Valdearenas. Pertenece al Parque Natural de las Dunas de Liencres. Dicen que uno de los más extensos de la zona norte.
Para acceder a la playa de Valdearenas hay que atravesar un pinar. Justo al comienzo de la carretera hay un merendero. Un vez abajo, nos encontramos con un gran parking. La playa de Valdearenas está situada a la izquierda de ese parking. Dejamos el coche y descendemos una pequeña cuesta. A pie de playa hay un restaurante.
Sin bajar a la arena vemos que es una playa estrecha y alargada. Tiene dos kilómetros. La zona donde está el restaurante es la parte más rocosa. Los carteles que hay a la entrada avisan de que es una playa con fuertes corrientes y con remolinos. Está abierta al mar. Debe ser muy apreciada por los surfistas. En verano, es una de las preferidas para hacer nudismo.
Dejamos la playa y volvemos a subir la cuesta. Arriba, de frente, tenemos el pinar con las Dunas. Hay gente paseando entre ellas. Nosotros nos vamos hacia la playa de Canallave. Pegadita a la de Valdearenas. De hecho, comparten el mismo parking. Al igual que la otra, tiene una pequeña cafetería. Esta vez si bajamos a la arena. Hay marea baja, lo que nos permite ver la cantidad de rocas que tiene saliendo del mar. Y las formas curiosas que adquieren. La mayoría albergan cientos de pequeños mejilloncitos. En el suelo también hay curiosas formaciones rocosas.
Pasamos un buen rato haciendo fotos. He leído que aquí se puede disfrutar de uno de los atardeceres más bonitos de Cantabria. Por la playa, varias personas paseando a sus perros. Nosotros, antes de poner rumbo a la siguiente playa, nos tomamos un par de cortaditos en la terraza de la cafetería. Aprovechando el sol que ha salido. Y disfrutando de las estupendas vistas que tenemos desde ahí. El café, bueno.
En el mismos parking, al lado de las dunas, sale una pista de cemento que bordeando el acantilado te lleva a otras playas. Lo recorremos unos metros. Tampoco sabemos dónde termina y el tiempo que nos puede llevar ir hasta el final y volver. Queremos ver el resto de playas. Esta senda, también se puede hacer en bici. Desde aquí arriba se obtiene una buena panorámica de las dos playas.
Nos montamos en el coche y nos vamos a la siguiente playa. La de Somocuevas. Hay que llegar hasta el pueblo de Liencres. Una vez allí, tomamos una calle que nos acerque hasta la costa. Hay carteles que nos indican por dónde ir hacia la playa de Somocuevas. Y según bajamos, nos volvemos a encontrar más carteles indicándonos el camino hacia la de Cerrías.
Vamos primero a la playa de Somocuevas. También nudista. Dejamos el coche en un pequeño parking que hay junto al acantilado. Y nos acercamos hasta el borde. Desde aquí podemos ver los famosos “urros”, islotes alineados frente a la costa de Liencres. Una maravilla para la vista!.
A la izquierda tenemos un pequeño camino asfaltado que nos lleva hasta unas escaleras de piedra que bajan hasta la playa. 140 escalones. Por supuesto, no bajamos. Que luego hay que volver a subirlas!!. Además, desde aquí se tiene una vista preciosa de la playa.
Esta playa está protegida de las mareas por una formación rocosa, lo que hace que esté a salvo de los fuertes vientos y del oleaje.
Montamos en el coche y regresamos por donde hemos venido. En la misma carretera hemos visto el cartel que nos lleva a la playa de Cerrias. Podemos dejar el coche en un aparcamiento que hay justo encima de ella. Para bajar hasta la arena lo hacemos por unas escaleras de madera que tiene.
Esta playa está rodeada también de grandes rocas que la protegen del mar abierto. Pero aún así, el cartel de la entrada nos advierte de oleajes, corrientes y resacas. Aprovechamos que está la marea baja para darnos una vuelta por ella.
Y frente a la playa de Cerrias, la playa de Portío. Nuestro próximo destino. Pero antes una paradita en Liencres. Que va siendo hora de comer algo. En Liencres hay varios bares que sirven tapas o restaurantes que ofrecen menús. Nosotros nos decidimos por uno que se llama Canallaves, situado en los bajos de unos pisos azules, al lado de la carretera general. Tienen bocadillos, sandwiches, hamburguesas, postres… Una carta bastante variada. Mientras esperamos en la terraza a que nos sirvan lo que hemos pedido, la camarera nos ofrece como aperitivo de la casa, unas pequeñas cazuelitas con alubias. Muy original. Y muy buenas!!. Con un regustillo a chorizo picante…
Finalizada la comida nos volvemos a subir al coche y nos vamos hacia la playa de Portio. En la misma carretera de Liencres a Soto de la Mariana vemos el cartel que nos llevará hasta ella. La carretera termina en la misma playa. Y allí mismo aparcamos. Al igual que en el resto que hemos visitado, un cartel a la entrada nos advierte de las corrientes, oleaje y resaca que tiene.
En un principio no nos parece una playa bonita. Comparada con las que hemos visto. Pero, a medida que pasa el tiempo, vamos cambiando de opinión. Tiene algo. Igual es el acantilado que la bordea. Las enormes rocas que la protegen. El ruido del mar… Algo tiene que nos va “encandilando”.
Dejamos esta playa y continuamos nuestra ruta por la Costa Quebrada. La siguiente en la lista es la playa de La Arnia. Al igual que en las otras, enseguida vemos el cartel que nos indica cómo llegar hasta ella. Y también tiene un parking para dejar el coche. Esta vez nos cuesta aparcar un poco. Hay bastante gente. Los dos restaurantes que están allí y las vistas que tiene esta playa, seguro que contribuyen a la afluencia de gente.
Desde arriba, tomamos una pista asfaltada que nos lleva hasta la playa. Para mi, la más bonita de las que llevamos visitadas. Tiene una espectacular plataforma de abrasión y unos islotes que, seguramente, en su día fueron parte de la costa. Subimos a uno de esos islotes. Qué vértigo!. Pero la vista desde arriba es impresionante.
Saciada nuestra sed, regresamos por donde vinimos hasta dar de nuevo con el desvío hacia la Playa de Covachos. Está muy cerca de La Arnia. La vemos desde arriba. El acceso a esta playa es dificultoso. Si la marea está alta es imposible bajar. El agua cubre el camino de descenso. Nos conformamos con verla desde la altura. Frente a ella hay un islote. El Castro de Covachos. Cuando hay marea se une a la playa. En esta ocasión, es un islote aislado.
Aquí, el viento sopla más fuerte. Damos media vuelta y volvemos al coche. Ya sólo nos queda una playa por visitar. La playa de San Juan de la Canal. En Soto de la Marina.
Aparcamos en el parking que tiene. Esta playa parece tener más servicios que las anteriores. También tiene un restaurante a la entrada. Tiene zonas para pasear por los alrededores y que bordean el mar. Aprovechamos y nos damos un paseito por él.
Con esta playa damos por finalizada la ruta por la Costa Quebrada. Nos vamos con muy buen sabor de boca. Los paisajes que hemos visto no sólo son impresionantes. También tienen un gran valor geológico y paisajista. Teniéndola tan cerca de casa, seguro que a partir de ahora nos acercaremos en más de una ocasión a visitar este trozo de costa cantábrica.