Rodeando el Embalse del Ebro
Igual que con el resto de los días de esta Semana Santa, nos levantamos con la incertidumbre de si hoy lloverá como habían pronosticado los gurús del tiempo o si, por el contrario, la naturaleza irá a su bola y tendremos un día primaveral. Gana la primavera, que anuncia temperaturas de hasta 20º (nos hemos vuelto locos)!!. Día perfecto para hacer una excursión rodeando el embalse del Ebro, la mayor extensión de agua dulce de Cantabria y el embalse más grande de España.
Así que a las 10.00 le decimos a nuestra GPSa que nos lleve hasta Reinosa.
Reinosa
Comenzaremos el recorrido desde aquí. A medida que nos vamos acercando la temperatura va descendiendo. En Reinosa, aún quedan restos de la última nevada en la cuneta. Menos mal que hemos sido precavidos y, por si acaso, hemos metido también chamarras gordas. Paramos para tomar nuestro primer cafecito del día. Por el pueblo apenas hay gente. Será que mañana no es festivo en Cantabria y la gente está ya de regreso a sus casas. Damos un pequeño paseo por el pueblo.
Tiene edificios interesantes para ver. Apuntamos para una próxima excursión.
Fontibre
De Reinosa nos acercamos hasta Fontibre. A poco menos de 5 km. Allí nace oficialmente el rio Ebro. A lo lejos, los montes aún conservan una buena capa de nieve. Aparcamos sin problemas en el parking que tienen habilitado. Al lado una oficina de turismo y un Centro de Interpretación.
Descendiendo unas escaleras llegamos a un pequeño lago con un sendero que lo bordea. En el recorrido cruzamos un puente de madera sobre una pequeña presa. También hay zonas de picnic. Lástima no haber metido unos bocadillos!. Nos vamos a arrepentir…
Llegamos a la zona donde está el monolito con la Virgen del Pilar. No tiene pérdida. Donde más gente haya ahí es. Y justo a sus espaldas es de donde mana el inicio del que será el rio más largo de España, rodeado de fresnos y chopos.
Volvemos a subir unas escaleras. Arriba una antigua y pequeña iglesia. Cerrada. No podemos visitarla.
Cerca, una posada. De esas que dicen “con encanto” y un poco más adelante, un restaurante, Fuentebro, de los que invitan a acomodarte al lado de un fuego bajo y disfrutar de buena compañía, charla y un café. O de unas rabas acompañadas de un par de mostos!.
Cervatos
Regresamos al coche. Nuestro próximo destino será Cervatos. Nos alejamos un poco de la ruta por el embalse pero queremos ver su Colegiata. O mejor dicho, las figuras que tiene en sus canecillos.
Si os fijáis en ellas las escenas eróticas abundan sobremanera. La curia dice que el exterior de la Colegiata simboliza el mundo imperfecto del hombre, el pecado. Y que el interior de la Colegiata es el mundo de Dios, las virtudes. Aunque yo me quedo más bien con otra teoría que dice que era una forma gráfica de aleccionar a los lugareños en las artes amatorias con fines reproductivos. Y que nos les fue nada mal…
Sea como fuere, nosotros acabamos con tortículis intentando descifrar algunas de ellas. La visita al interior la dejaremos para otra ocasión. En la puerta de la Colegiata hay un número de móvil donde llamar para que te hagan una visita guiada. Son las dos de la tarde y no nos parece apropiado interrumpir la comida de la persona dueña del número de teléfono.
Nos empezamos a arrepentir de no haber cogido unos bocatas….Regresamos rapidito al coche. Hace un viento helador!. Nuestro próximo destino Bolmir. Ahora sí. Empezamos a bordear el embalse, aunque aún no lo divisamos.
Bolmir
En Bolmir queremos ver otra iglesia, también románica. Google nos la vende como “pequeñita y con mucho encanto” y también nos dice que “con el embalse y las montañas de fondo”. Pequeñita y con encanto es. Nos recuerda a la de Cervatos.
Buscamos en los canecillos más figuras dedicadas a placeres mundanos. Las encontramos. Lo que aún no vemos es el “embalse de fondo”. Las montañas sí. Estamos en Cantabria.
Retortillo. Ruinas romanas de Juliobriga
Seguimos hacia Retortillo. Ahora sí empezamos a ver el embalse!. En Retortillo está la que se considera la principal ciudad romana que existió en la antigua Cantabria. Juliobriga. A los que les apasionen los yacimientos y restos arqueológicos romanos no pueden perderse este enclave. Hay visitas guiadas a la casa – Domus. Llegamos en mala hora. Cerrado.
Sin embargo si pudimos ver las ruinas romanas excavadas y subir a lo alto de la iglesia románica del S.XII, declarada Bien de Interés Cultural y desde las que se tienen unas buenas vistas.
Santuario de Montesclaros
Próximo destino en nuestra ruta por el embalse será Montesclaros. Cogemos dirección Arroyo y en el pueblo tomamos un desvío hacia Montesclaros. Empezamos a ascender entre robles, hayas, avellanos…enseguida volvemos a tomar un desvío donde indica “Santuario”. Estamos a 950 metros de altitud.
Aparcamos justo a la entrada. Junto al monasterio y la iglesia hay también un albergue. Y un bar. Y nada más.
Hay niños corriendo por todos lados. Damos una vuelta por el complejo. El santuario está cerrado. Dentro, está la cueva prerománica donde se venera a la imagen de una virgen. Nos quedamos con las ganas de verla. Otra vez será!.
La Catedral de los Peces
Volvemos a descender teniendo de compañía a un jovencísimo rio Ebro. El siguiente destino que le indicamos a nuestra GPSa es Villanueva de las Rozas. Aquí queremos ver “La Catedral de los Peces”. Con semejante nombre, cómo no vamos a visitarla!. Lo único que sobrevive de Villanueva de las Rozas, uno de los pueblos que acabó sumergido con la construcción e inauguración del Embalse del Ebro allá por los años 50, es la torre de su iglesia.
Nos cuesta un triunfo encontrarla. Desde la carretera divisamos la torre. Paramos. Buscamos el acceso. No hay manera de descender hasta ella. Decidimos volver sobre nuestros pasos. Por fin, en la carretera, en Rozas de Valdearroyo, a mano izquierda según venimos de Reinosa, hay un minúsculo cartel de madera que pone “Mirador”. “Torre”. Y nos desviamos.
Atravesamos el puente del tren y llegamos a un improvisado parking. Dejamos el coche. Justo ahí hay un cartel informando de las características de la torre y lo que se han gastado en adecentarla. Hasta se puede subir a la cúpula!!.
Atravesamos una barrera de madera y al poco de empezar a andar ya vemos asomarse al torre entre las ramas de los árboles.
En apenas 300 metros estamos en la pasarela que te lleva hasta la torre. La vista es preciosa!!. Pero nos vamos a quedar con las ganas de subir al campanario. La pasarela está rota en dos tramos diferentes. Aunque pases el primero, haciendo equilibrios, el segundo es ya más complicado.
Una pena. Tanto dinero gastado en ella para nada. Y las vistas desde arriba del embalse tienen que ser alucinantes!!.
Mil fotos y nos damos la vuelta. Antes de llegar al coche, bajamos a la orilla del Ebro. Desde aquí tenemos otra perspectiva de la torre, casi tan espectacular o más que las que acabamos de ver. Ha merecido la pena el tiempo que hemos estado buscándola!!.
Llanos y el Tejo gigante.
Siguiente punto en el recorrido, Llanos. Situada a 847 metros de altitud, queremos visitar su iglesia parroquial del siglo XVII hecha en piedra de sillería y su Tejo monumental. Aparcamos al lado de la iglesia. El Tejo nos saluda con sus 15 metros de altura, más alto que la propia iglesia.
Estamos en el mismo borde del pantano. Hay gente pescando. Bajamos a una pequeña playa que se ha creado en la misma orilla.
Arenales de Arija. Una playa junto al Embalse
Continuamos hacia Arija. Entramos en Burgos dejando atrás Cantabria. Queremos ver sus famosos arenales de arena fina y blanca. Antes de llegar a ellos, cruzamos un puente sobre el embalse del rio Ebro.
Dicen que en el pantano se practica todo tipo de deportes acuáticos. Nosotros no tuvimos la oportunidad de ver nada de ello. Pero seguro que en verano y con buen tiempo está todo aquello que no cabe un alfiler. Playa a casi 800 metros de altitud!. Me acuerdo de otra “playa” que visitamos. Playa Pita, en Soria.
En Arija aprovechamos para reponer fuerzas (cómo no se nos ocurriría meter bocadillos). Un paquete de patatas y un par de cafés. Y vuelta al coche.
Corconte y su balneario
Nos vamos hacia nuestro último destino. Corconte. En veinte minutos llegamos. Nuestra finalidad es, con la excusa de tomar un cafecito, visitar el balneario de Corconte situado a orillas del embalse.
Y entramos y volvemos a pedir otro café. Nos lo tomamos tranquilamente en la galería que da al embalse. De paso, damos un pequeño paseo por alguna de las estancias del balneario. Tiene buena pinta y es curioso de ver. Apuntado en la agenda, por si un día necesitamos alguno de los tratamientos que ofrecen.
Damos por terminada la visita al embalse del Ebro. Regresamos a casa atravesando el pequeño Valle de Luena y los Valles Pasiegos. En menos de dos hora estamos en casa.