ROMA en tres días. Viernes

Viernes, 30 de Mayo.

Toca madrugar. A las 4.45 suena el despertador aunque ya hace un rato que estoy despierta. A las 5.30 estamos ya en el coche dirección al aeropuerto y a las 6.15 haciendo ya el embarque con destino a Madrid. Con puntualidad británica iniciamos el despegue. Mi primer vuelo!. Depende del comandante que tengan que venir a buscarme a Madrid o que continúe hacia Roma!.

P5301552-300x225 ROMA en tres días. Viernes Viajes   Cuarenta y cinco minutos más tarde, más o menos, aterrizamos en Madrid. Aeropuerto Adolfo Suarez Barajas Madrid. No hace falta que vengan a buscarme.

Como tenemos casi cuatro horas hasta el próximo vuelo desayunamos tranquilamente en la T4. Incluso hay tiempo para darse una vueltecita por las tiendas, comprar alguna revista para el viaje y tomarnos otro café.

Nuevamente, a las 11.30 estamos haciendo el embarque con destino a Roma (Fiumicino). Y de nuevo, con puntualidad británica, el avión despega a las 12.00. Llegamos al aeropuerto de Fiumicino a las 14.30 y como no hemos facturado salimos sin demasiados problemas de la terminal.

En el hall del aeropuerto nos espera un empleado de Roma Transfer para trasladarnos hasta el hotel. Aun así, debemos esperar unos 20 minutos hasta que llega el chofer.

Ha sido una buena opción contratarles. Se hace la reserva por internet desde su página www.enromatransfers.com y el pago se hace directamente a los conductores en efectivo; mitad al conductor de la ida y mitad al conductor de la vuelta. Y si tenemos en cuenta que coger un taxi desde Fiumicino a Roma son ya 48 euros (tendríamos que haber cogido dos taxis) y que en nuestro caso pagamos 52 por una monovolumen de 6 plazas… sale a cuenta.

Llegamos a nuestro hotel (Hotel Albani ****) a las 16.15 aproximadamente. Nos dan las habitaciones (una doble y una cuádruple), deshacemos maletas, nos preparamos y volvemos a bajar al hall para empezar la visita a Roma.

El plan para hoy es visitar la Piazza Venecia, el Campidoglio, sacar las entradas para el Coliseo, visitar el Panteón y acercarnos a cenar hasta el barrio del Trastevere. Pero… sólo era un plan.

Preguntamos en la recepción del hotel cuál es el bus para ir hasta Piazza Venecia. Nos dicen que el nº 63 y nos indican dónde cogerlo. Antes, hay que buscar un estanco para comprar los tickets para el bus. Nos cuestan 1.50 € y durante 88 minutos desde el momento que los validas puedes utilizarlos en cualquier transporte público.

Listas ya con los billetes, cogemos el 63 dirección a Piazza Venecia. Ahí nadie valida nada. Salvo nosotras. Le pregunto a una chica, medio castellano medio italiano inventado, que cuál es la parada de la Piazza Venecia. Un chico que está a su lado nos oye y nos indica cuál es la mejor opción para visitar lo que queremos.

Bajamos del bus y… “saca el mapa para ver por dónde hay que ir”. Mapa?. Qué mapa!. No tenemos mapa. Se ha quedado en el hotel. Pues nada, a la aventura y preguntando, que ya lo dicen: “preguntando se llega a Roma”.

P5301573-300x225 ROMA en tres días. Viernes Viajes   Y así, callejeando un poco nos vamos encontrando con las cosas. La primera que visitamos es la Piazza Colona, con su Columna de Marco Antonio. Muy cerca está el Panteón. Entramos dentro para ver su cúpula abierta. Cuarenta metros de diámetro. La más grande hecha en hormigón. Hacemos las fotos de rigor y seguimos callejeando. A ver si encontramos el Campidoglio.

Como estamos cansadas hacemos un alto para tomar algo: capuchinos, manchiato, descafeinato y alguna birra picola. El café muy bueno (en todos los sitios que lo he tomado). La birra, suave. Entra muy bien. Lo que ya no entra tan bien es la cuenta. Qué barbaridad!.

Como el tiempo se nos va echando encima decidimos buscar una oficina de turismo para coger un mapa. La encontramos. Bien!. Ahora ya podemos ir hacia el Trastevere.

Llegamos al barrio de Trastévere casi anocheciendo. Hemos cruzado el rio por uno de sus puentes y nos vamos hacia la zona donde está la iglesia de Santa María de Trastevere. Es una zona con bastantes restaurantes, pubs, bares, puestecitos en la calle… Como ya va siendo tarde y estamos cansadas,  buscamos un sitio para cenar. Al final decidimos entrar en el Restaurante La Canonica. Acertamos. Algún plato de pasta, un rissoto y alguna pizza.

Se está haciendo tarde y el madrugón empieza a pesar. Desandamos lo andado y volvemos a cruzar el rio. Ahora hay que buscar el tranvía que nos deje en la Piazza Venecia. Pero antes hay que localizar un estanco para volver a comprar los billetes para el tranvía.

Localizamos la parada del tranvía. No ha habido que andar mucho. La parada está llena de gente. Cinco minutos. Diez minutos. Un cuarto de hora. El tranvía no llega. Y cada vez más gente que opta por irse. Veinte minutos. Media hora. Por fin llega. Entramos como podemos. Esta vez ni nos molestamos en validar los billetes. El tranvía no acaba de arrancar. Nos ha tocado la concentración de bicicletas del año!. Diez minutos esperando a que terminen de pasar. Por fin arrancamos.

Una curiosidad. Por el carril del tranvía circulan todo tipo de transporte público. Taxis, autobuses, tranvías… el que nos trasladó hasta el hotel…

Llegamos a Piazza Venecia. Ahora buscar de nuevo la parada del 63 para regresar al hotel. Después de no se ni cuantas vueltas a la plaza buscando la parada, de carrera para arriba y carrera para abajo siguiendo a algún bus, de preguntar dónde hay una parada que nos lleve a nuestra zona… decidimos que lo mejor es coger un par de taxis. Que ya no tenemos cuerpo ni ánimo para seguir danzando por toda la Piazza Venecia y alrededores. Dicho y hecho. 12 euros cada taxi y estamos en el hotel.

“Cada mochuelo a su hoyuelo” y mañana todas a las 9.30 en el hall para ir a desayunar.

Mariarka

Mi profesión. Profesora vocacional. Mi trabajo (cuando lo tengo). Formadora de cursos de informática. Y en los ratos libres, devoradora de libros, fotógrafa de recuerdos y vistas, organizadora de eventos familiares, incondicional de las reuniones con amigos y aficionada a descubrir nuevos rincones y lugares, cercanos y lejanos.