Llevamos ya 7 días de viaje desde que comenzamos nuestra ruta por Bretaña y Normandía en coche y hoy dejamos los pueblos floridos de Bretaña y sus casas con entramados de madera y las galettes. Y nos adentrarnos en Normandía con la sensación de estar pisando una tierra con unos acontecimientos que cambiaron el curso de la historia. Afortunadamente.
Reconozco que esta segunda parte de nuestro particular roadtrip no me atraía tanto como Bretaña. Al organizar la ruta por Normandía nos enfocamos más en la parte bélica y en todo lo que supuso el famoso Desembarco del no menos famoso día D y hora H. Y tal vez por eso, de manera inconsciente, le asigné tan pocos días para recorrerla. Tan sólo dos noches alojándonos en Caen, en el Hotel Carline.
Fatal error de cálculo! Como era de suponer nos faltaron días para verlo todo. Y tuvimos que sacrificar algunas cosas y algunos pueblos como Rouen o la Costa de Alabastro con sus acantilados de Etretat. O Giverny que, al igual que la bretona Pont Aven, fue refugio de pintores como Monet. Tampoco vimos la ciudad portuaria de Honfleur o el Valle del Orne. Y ni siquiera tuvimos tiempo de probar su sidra o alguno de sus quesos. Y es que, dos días dan para lo que dan.
Pero aun así, vimos una parte importante de Normandía. Tal vez la más histórica y la que nunca deberíamos olvidar. Toca ver lugares marcados por la tragedia y por la sangre, pero también paisajes espectaculares.
RoadTrip por Normandia
Esta segunda parte de nuestra ruta por Bretaña y Normandía en coche se centró en Normandía, así que antes de empezar nos vamos a posicionar en el mapa.
Situada al noroeste de Francia y bordeada por el Canal de la Mancha, Normandía se divide en dos zonas. La Baja Normandía y la Alta Normandía. En esta ruta por Bretaña y Normandia en coche vimos la Baja Normandía contigua a Bretaña, al País del Loira, la Region Centro y a la Alta Normandía.
Es una zona costera, con la península del Contentin y con las famosas playas del más famoso desembarco de la historia. Y con Caen como capital y el Mont Saint Michel como buque insignia.
Ubicados ya en el mapa seguimos con nuestra ruta por Bretaña y Normandía.
8º Día: Saint Brieuc – Mont Sant Michel – Saint Marie Eglise – Caen
En esta etapa por Normandía llegaremos hasta Caen, capital de Normandía, y nos alojaremos durante dos días en el Hotel Carline. Antes de llegar habremos recorrido algo más de 340 kilómetros desde Saint Brieuc.
Uno de los lugares que sabía que teníamos que visitar sí o sí en esta ruta por Bretaña y Normandía en coche era el Mont Saint Michel. Y hoy era el día. Dejábamos Bretaña para entrar en Normandía. Y que mejor forma de empezar a conocer esta tierra que por uno de sus monumentos más famosos. El Mont Saint Michel.
Por cierto, si te encuentras con algún bretón, no se te ocurra decirle que Mont Saint Michel es normando. Te lo negarán vehemente y te asegurarán que pertenece a Bretaña. Lo mismo ocurrirá si es a un normando al que haces la misma aseveración. Saint Michel es normando.
Salimos pronto de Saint Brieuc hacia Mont Saint Michel porque teníamos casi una hora y media hasta allí y no queríamos llegar demasiado tarde para evitar las aglomeraciones de gente, que es agosto y nos conocemos.
La silueta de la Abadía coronando el pequeño islote la empiezas a ver mucho antes de llegar al aparcamiento. Y simplemente es perfecta, mágica. Casi me atrevería a decir que es mucho más bonito por fuera que por dentro. Y eso que nos tocó verlo con marea baja. Cuando la marea sube tiene que ser un espectáculo ver al Mont Saint Michel reflejándose en las aguas del Atlántico.
Enseguida encontramos el parking (enorme) donde unos vigilantes te indican dónde tienes que aparcar (a ver cómo nos las apañamos para buscar luego el coche). Desde este mismo parking salen unas lanzaderas gratis que te llevan hasta Sant Michel. Sólo tienes que ponerte a la cola y aguardar a que llegue una para montarte. Luego te dejan a unos 400 metros de la entrada. Sitio perfecto para empezar a echar humo la cámara de fotos y los móviles.
Al entrar dentro de Saint Michel la estampa perfecta y mágica se empieza a desmoronar. Hay más gente que en plenas rebajas de agosto!. Llegar hasta la Oficina de Turismo (situada en la misma entrada) en un acto heroico. Pero lo logramos. Y con nuestra audioguía en mano (1.30€) para visitar la Abadía nos zambullimos en la marabunta de gente que sube por la calle principal hacia la Abadía.
La calle está llena de restaurantes y tiendas con souvenirs. La impresión es que es demasiado turístico todo. Y exageradamente caro. Incautos de nosotros decidimos hacer un alto en la subida y tomar un par de cafés. La broma nos salió a 3.50 € cada café cream y a 4,70€ una porción de tarta de manzana. En una cafetería estrechuca y pequeña. Al menos la tarta estaba buena.
Si estás en el Mont Saint Michel no puedes perderte la visita a su Abadía. Con la audioguía puedes ver a tu ritmo las diferentes dependencias y escuchar la historia que se cuenta de cada una de ellas. Pero sobretodo asómate a los ventanales y terrazas para admirar el paisaje que se ve desde aquí.
Ya he comentado que nosotros llegamos con marea baja. Y aun así, la vista es espectacular. Si se quiere, se puede contratar un guía para hacer excursiones a pie por las marismas. Pero nunca os aventuréis a ir solos. Y menos si no os habéis agenciado una tabla de mareas. Porque aquí la marea sube muy, pero que muy, rápida. Y puede que no te dé tiempo de ponerte a salvo. A pesar de que las campanas de la Abadía avisan con tiempo de la subida. Me recorre un escalofrío sólo en pensar que me pudiera quedar atrapada!!.
Otro lugar desde donde se obtienen unas vistas sublimes es desde la muralla que rodea a Saint Michel. Al final, entre unas cosas y otras, echamos casi tres horas visitando y recorriendo el Mont Saint Michel.
De nuevo en el coche (conseguimos encontrarlo en el parking sin demasiados problemas) nuestro siguiente punto a visitar sería Sainte Mere Eglise, situado a 1,5 hora de Mont Saint Michel y en la Península de Contentin. Ahora sí que estábamos ya en Normandía.
Y si queríamos visitar este pueblo era por dos motivos sobretodo. Uno, por ver uno de los museos más completos de la 2ª Guerra Mundial y el otro por ver el campanario donde se quedó colgado el paracaidista americano durante la contienda.
Al lado del museo, y cerca de la iglesia, hay un parking de pago para dejar los coches. Pero si buscas por el pueblo puedes encontrar aparcamiento gratis. Es lo que hicimos nosotros. Y nos fuimos andando hasta el museo.
En Normandía vas a encontrar museos con la temática del desembarco a patadas. Yo creo que cada pueblo tiene su museo, aunque sea pequeñito. Así que había que decidirse por uno, para no aburrirnos (aburrirme más bien) y para no dejar parte del presupuesto en ellos. Y buscando información y mirando opiniones de otros viajeros al final nos decidimos por el Museo Airbone dedicado al día D y al desembarco de la 82ª división aerotransportada americana.
Junto con la entrada (9,90 €) te dan un IPad para hacer el recorrido e interactuar con la exposición. No tiene opción de ponerlo en castellano, sólo está en inglés, alemán o francés. Dentro hay varios pabellones amplios con vitrinas donde hay objetos rescatados de esos días o donados. Armas, ropas, utensilios, cartas, historias personales…
También se puede ver un tanque de la 2ª Guerra Mundial a tamaño natural. Incluso hay un simulador donde se recrea cómo habría sido ser transportado en uno de los aviones que participaron en el desembarco en plena contienda. Alucinante la sensación que provoca!.
En resumen, he de confesar, que siendo poca amiga de todo tema bélico, me gustó más de lo que esperaba. Fácilmente nos tiramos un par de horas viéndolo todo.
Ya en el pueblo visitamos la iglesia, famosa porque en la noche del 5 al 6 de Junio de 1944, en pleno Desembarco americano aéreo, el soldado Steele se quedó colgado durante dos horas en el campanario. Hoy rememoran ese hecho con un muñeco con un paracaídas colgado en el campanario.
Pero no te quedes con ver sólo el campanario y al paracaidista. Entra en la iglesia, porque allí verás la única vidriera que existe donde la Virgen aparece rodeada de paracaidistas.
Una vez finalizada la visita a Sainte Mere Eglise teníamos la intención de acercarnos al cementerio alemán de La Camba. Pero no llegamos a tiempo. Cierran a las 19.00. Una pena. Decidimos continuar hacia Caen, situada a 50 minutos de Sainte Mere Eglise, donde teníamos cogido alojamiento para dos noches en el Hotel Carline.
9º Día: Caen – Pointe du Hoc – Omaha Beach- Colleville sur Mer – Longues sur Mer – Gold Beach -Caen
El día de hoy lo dejamos para recorrer los lugares donde se fraguó y tuvo lugar el Desembarco. 127 km de historia.
El primero que vamos a visitar es la Pointe du Hoc, a 43 minutos de Caen. Se trata de un saliente rocoso de más de 30 metros de altura situado entre las playas de Omaha Beach y Utha Beach y que fue fundamental en el desarrollo de la batalla.
Y es que la Pointe du Hoc era un lugar estratégico para los alemanes y de difícil acceso. La única forma de hacerse con la batería que allí tenían fue enviando a 225 Rangers escalando los 30 metros de acantilado, con 40 kilos en sus espaldas y con la única ayuda de las manos.
Así que, por la historia que tiene, es un lugar que no os podéis perder si vais a Normandía. Y más si os gusta el tema de la 2ª Guerra Mundial. En las inmediaciones hay varios aparcamientos gratis. También hay un pequeño edificio pertenecientes a los EE.UU y con un museo dedicado a la batalla. En el camino que te lleva a la Punta de Hoc veréis varios paneles informativos donde cuentan la historia del lugar.
De ahí se sigue un camino corto hasta llegar a la explanada donde aparecen los increíbles cráteres que provocaron las bombas de los aliados. Alucinante el paisaje. Hay alguna plataforma un poco más elevada desde la que se tiene una buena vista de todos los cráteres que hay y que permiten hacerte una idea de lo que allí se tuvo que vivir. (No hay que pagar por visitar el lugar)
También se puede visitar la batería con los cañones y búnkeres desde donde los alemanes controlaban la zona. Dentro hay placas conmemorativas.
En la Punta de Hoc hay un monolito en memoria de los Rangers que tomaron el lugar. Desde aquí se pueden ver los acantilados por los que tuvieron que subir y la dificultad que tuvo que entrañar.
Lo siguiente que tocaba visitar era una de las playas más famosas del Desembarco. Omaha Beach, situada a 10 minutos de Pointe du Hoc. Es impactante estar aquí, donde tuvo lugar una de las batallas más cruentas de la humanidad.
Es una playa estrecha. No había mucha gente. Igual el viento que hacía tubo algo que ver. En un extremo hay un par de monumentos conmemorativos, uno de ellos es el moderno Memorial Les Braves. Por la zona hay algunos restaurantes y al final de la playa hay una cafetería (café 3,50 €/ud) donde hicimos un alto antes de continuar con nuestra ruta por Bretaña y Normandía en coche.
Muy cerca de la playa de Omaha está Colleville sur Mer. Y ahí está el Cementerio Alemán, a 10 minutos en coche de Omaha Beach. Ayer no pudimos entrar en el cementerio alemán, así que hoy nos hemos aprendido la lección y vamos con tiempo para poder visitarlo. Pero antes pararemos en Colleville-Sur-Mer donde vemos otro museo de reciente construcción. Es el OVERLOD Museum (7.50 €). No entramos en él, pero nos acercamos a hacernos unas cuantas fotos con los tanques que tienen expuestos afuera.
Cuando llegamos al cementerio alemán dejamos el coche en el parking que tienen habilitado para ello. Es un parking bastante grande. Gratis. A la entrada hay un centro de visitantes (gratis también). Por seguridad hay que enseñar bolsos y te chequean.
El cementerio es enorme. Te recorre un escalofrío sólo el pensar la cantidad de gente que perdió la vida por defender unos ideales. Y a pesar de ello, es un cementerio bonito y sencillo lleno de cruces blancas perfectamente alineadas. Como curiosidad, están todas colocadas hacia el oeste, mirando a Estados Unidos.
El cementerio está encaramado sobre un acantilado con vistas a la playa de Omaha. Se puede pasear entre las cruces (9.387) donde se pueden diferenciar cruces cristianas y cruces judías. Estas últimas, muchas de ellas, tienen colocadas sobre ellas una piedra. Supongo que es un pequeño homenaje de posibles familiares. Y en todas aparecen los nombres de los soldados. Menos en 307 que no pudieron ser identificados.
Pero a parte de las cruces blancas también hay un monumento semicircular donde se puede ver, plasmado en sus paredes, las operaciones militares que se llevaron a cabo. Un estanque con nenúfares, una pequeña capilla o el Jardín de los desaparecidos, un muro semicircular donde están escritos los nombres de los 1.557 desaparecidos completan el conjunto.
Después de comer en Colleville (Moules con patatas + Pizza + 2 postres 36€) seguimos con nuestra ruta. Y seguimos visitando escenarios de la 2º Guerra Mundial. Esta vez nos acercamos a las Baterias de Longues Sur Mer, uno de los lugares más visitados de Normandía y que se puede visitar gratis. A 15 minutos Colleville-Sur-Mer. Parking gratis igual que en otros sitios. Aquí queríamos ver las que eran las baterías más modernas del muro atlántico y que estaban manejadas por los alemanes.
Tenía una posición estratégica, parecida a la de Pointe du Hoc, situada entre Omaha beach y Gold Beach y sobre un acantilado de 66 metros de altura con vistas al Canal de la Mancha. Sabiendo todo esto, aún cobra más importancia lo difícil que tuvo que ser para los aliados el hacerse con ella y con la victoria.
El lugar, como todos los visitados hoy, impacta. Aún se pueden ver los 4 cañones y búnkeres originales. El más deteriorado de todos es el primero, pero el resto se conserva en muy buenas condiciones.
Una media hora más tarde de empezar la visita estábamos ya camino de otra de las playas importantes del Desembarco. Gold Beach. Hasta allí tardamos unos 25 minutos. Nuestra intención era llegar hasta el Puerto Artificial que tuvieron que construir los aliados para poder desembarcar sus vehículos de guerra, armamento y demás materiales ante la imposibilidad de hacerlo a través de un puerto francés.
Llegamos con marea baja lo que aún acentúa más el tamaño de la playa. Enorme. Enseguida vemos los restos de uno de estos puertos artificiales. La marea baja permite acercarnos hasta él. Ahora sirve como refugio a pececillos y de plantas. Es una sensación rara está aquí contemplando algo que tanto significó en el devenir de nuestra historia reciente.
Dejamos la playa y toda su historia . De vuelta al coche con intención de retirarnos ya para nuestro hotel. Pero antes, una parada en Arromanches, otro de los escenarios del Desembarco. Aprovechamos para comprar los últimos detallitos para los amigos y familia y dar un pequeño paseo por el pueblo.
10º Día: Caen – Pitiers – Futuroscope
Nos acercamos al final de nuestra ruta por Bretaña y Normandía. Hoy comenzamos el regreso a casa, pero antes hemos planificado una parada en Poitiers con la excusa de volver a visitar el parque temático de Futuroscope. Hasta llegar, tendremos casi 360 km y algo más de tres horas y media.
Hacemos (o intentamos) una parada en Tour. Pero fue entrar en la ciudad y salir de la misma. No nos convenció nada. Quizás el cansancio acumulado tenga algo que ver. Llegamos a Poitiers a media tarde. Aprovechamos para dar una vuelta por la ciudad. Es la cuarta vez que visitamos Futuroscope y va a ser la primera que vamos a ver Poitiers.
Una visita imprescindible, y que nos sorprendió gratamente, es la iglesia de Notre Dame. Situada en el centro de Poitiers, cerca de una plaza desde la que admirarla mientras te tomas algo, enseguida llama la atención su fachada completamente tallada y en la que te puedes entretener localizando las escenas de la vida de Adan y Eva hasta el nacimiento de Jesús.
Por la noche hay un espectáculo de luces con el que iluminan toda la fachada. No llegamos a verlo. Pudo más el cansancio.
Pero si hay algo que no nos esperábamos era su interior. Mira que nos han gustado los interiores de muchas de las iglesias que hemos visto en esta ruta por Bretaña y Normandía, pero lo que guarda el interior de Notre Dame es de las que te dejan con la mandíbula desencajada!. La decoración y el colorido que tienen sus columnas es asombro.
Tampoco os podéis perder la Catedral de San Pedro, amplia y con techos altos, con uno de los mejores conjuntos de vidrieras de los siglos XII-XIII. Podéis intentar localizar una la vidriera más antigua en el mundo cristiano, situada en la parte central del altar y con unas dimensiones algo más grande de lo que se acostumbraba.
Y por último otra iglesia que nos sorprendió su interior. La iglesia de Santa Radegunda. Pudimos entrar gracias a que una monja, que nos vio merodear por sus alrededores buscando la entrada, nos abrió la puerta de la iglesia y pudimos visitarla a nuestras anchas.
Y al igual que la iglesia de Notre Dame nos sorprendió también la decoración de sus columnas, sobre todo las del altar. Y justo debajo del altar está la cripta con los restos de la Santa, a la que al parecer se le tiene una gran devoción. Sobretodo los estudiantes, según nos contaba la monja, que en época de exámenes siempre le hacen alguna petición para salir airosos del trance. Y debe funcionar, a tenor de las placas que hay agradeciéndoselo.
Llegamos al hotel Campanile, dentro de Futuroscope, derrengados. Hacemos el chekin. Una ducha y a dormir. Mañana nos espera Futuroscope.
11º Día: Futuroscope
Dedicamos el día entero a recorrer tranquilamente todas las atracciones de este parque. Recordamos haberlo pasado mucho mejor en otras visitas. Volvemos a achacar la sensación al cansancio acumulado.
12º Día: Futuroscope – Saint Emilion – San Juan de Luz – Bilbao
Terminamos nuestra ruta por Bretaña y Normandía. Tenemos casi 7 horas de viaje antes de llegar a casa. En un principio habíamos programado una parada en Burdeos, pero viendo el éxito de Tours decidimos cambiar de planes sobre la marcha.
Y buscando en el mapa nos aparece Saint Emilion. Hay que desviarse un poco, pero merece la pena. Saint Emilion es un pueblecito pequeño rodeado de viñedos y conocido sobretodo por su vino con denominación de origen.
Pero también es un bonito pueblo medieval que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. La verdad es que no tuvimos mucho tiempo para visitarlo. Pero lo que vimos nos gustó y ha quedado pendiente para una visita más en profundidad. Lo que sí hicimos fue aprovechar para comer.
San Juan de Luz fue nuestra última parada antes de llegar a casa. Una vuelta para estirar las piernas, un cafecito y de nuevo al coche. No vemos la hora de llegar. Y eso que ha sido un viaje que nos ha apasionado y que recomiendo con los ojos cerrados. Hemos descubierto un país que nos ha fascinado, tanto por sus paisajes, por su historia y por su gente. Y que nos ha dejado con ganas de más. Seguramente, algún día, volveremos a recorrer Normandía con más tiempo. Y probablemente preparemos algún que otro roadtrip por otras zonas de Francia que tienen también una pinta estupenda!!.
Para ver la ruta que hicimos por Bretaña pincha AQUÍ.